Clara Alonso Jimenez, mujer, feminista, periodista, que ha desarrollado su trabajo como agente de igualdad y el Instituto de la Mujer estatal, ahora además de todo lo anterior, es miembro del consejo Político de IU federal y miembro a su vez de la ejecutiva federal como responsable de comunicación interna nos ha impartido un Taller sobre publicidad sexista y otros soportes gráficos y audiovisuales. Técnicas para el análisis feminista de los contenidos publicitarios y no publicitarios. Con el título "Comunicación y feminismo. Mirada crítica al universo de la publicidad" dentro del X Foro de igualdad de Emakunde.

Gracias a Clara hemos podido abordar un tema importante, a la vez que sangrante para las mujeres como es el tratamiento que los medios de comunicación hacen de nosotras.

Los medios de comunicación juegan un papel extremadamente importante a la hora de estabilizar e integrar roles, valores, normas, símbolos, ideologías… con una gran influencia en nuestras pautas de comportamiento de forma consciente o inconsciente, convirtiéndose en modelos de referencia para la sociedad. Acaban creando una “realidad” que afecta a nuestra visión del mundo y a su comprensión.

De esta forma, los medios deberían jugar un papel fundamental a la hora de transmitir una imagen femenina no estereotipada, y de ser motores de cambio hacia una sociedad sin discriminación de género. Pero esto está muy muy lejos de la realidad….

La realidad es otra.

No se aprecian a las mujeres solo el cuerpo.

Los mismos estereotipos se repiten una y otra vez

Las mujeres nunca somos las protagonistas nunca buscamos nuestro destino.

En todos los medios de comunicación se acepta una visión generalizada de las mujeres como objetos sexuales.

Las mujeres son básicamente cuerpos, decorados para los hombres. Se hace creer a los chicos que ser hombre es ser poderoso tener el control o que sus necesidades tienen prioridad en las relaciones con las mujeres

En los casos que parecen tener poder son  mujeres de acción pero con solo mirar un poquito descubrimos estar ante el arquetipo de muñeca hinchable luchadora, aunque actué basada en patrones masculinos esta cosificada y existe para el espectador varón.

Nos lo dice la publicidad, las películas de cine, los programas de televisión, los videojuegos, los anuncios. Así que haga lo que haga una mujer sea cuales sea sus logros su valor sigue dependiendo de su aspecto.

El hecho es que los medios limitan y  desprecian a las mujeres más poderosas asociando a ellas los peores elementos del poder.

Cuando no te tratan igual te están deshumanizando, cuando no te dan las mismas oportunidades te están deshumanizando. Cuando la gente te mira de otra forma  porque eres mujer y dudan de tu cualificación te están deshumanizando.

Convertir a un ser humano en objeto es el primer paso para justificar la violencia hacia él.

A través de la autocosificación tenemos menor efectividad política. Corremos el riesgo de llegar a creer que nuestra voz no importa y que  no podemos contribuir a que haya cambios.

Detrás de esto hay poder y hay ideología se buscan beneficios pero también que no podamos construir un discurso sobre  nosotras mismas ¿Como es posible que las mujeres en esa situación podamos  hablar y generar saber acerca de nosotras mismas y además pretender oponer un visión crítica del régimen que lo ha construido?

Esta es la idea del taller: aprender a mirar, a mirar con ojos feministas, a ver la anormalidad en lo aparentemente normal. A detectar esas situaciones deshumanizantes, humillantes, cosificadoras, vejatorias, para poder ser críticas, para poder ser conscientes de la falta de realidad, la imposible identificación con una mujer creada por ordenador.

Todo este sistema forma parte de la presunción de que las mujeres constituyen un subgrupo, de que el mundo del hombre es el mundo verdadero, de que la única cultura imaginable es la patriarcal.

Las mujeres necesitamos hartarnos de esta situación enojarnos, ofendernos, declararnos en contra y reusar a ser cómplices de las jugosas ganancias de  estas empresas sexistas.