Izquierda Unida ha iniciado el trabajo de la segunda jornada de su V Escuela de Formación con la celebración de la Mesa de debate ‘Propuestas para cambiar el modelo productivo’, en la que las intervenciones han coincidido en la necesidad de buscar y alcanzar un nuevo modelo que “responda a lo social” y que se preocupe más de las personas que de cumplir determinados porcentajes económicos.

José Antonio García Rubio, secretario ejecutivo federal de Economía y Empleo de IU, fue el encargado de moderar el debate con el que hoy arrancó este encuentro de tres días, organizado en Valladolid por la Fundación por la Europa de los Ciudadanos (FEC) de Izquierda Unida. Éste, junto al profesor de la Universidad del País Vasco (EHU/UPV) Joaquín Arriola y el profesor de la Universidad de Valladolid Oscar Carpintero mantuvieron una animada discusión con los asistentes sobre cómo canalizar esa búsqueda de un sistema económico más humano y que deje de lado la obsesión por el PIB o techo de gasto.

Arriola planteó a los cursillistas que el capitalismo no está anticuado en España y que su actuación y objetivos siguen siendo muy claros, como lo demuestra que “es el mismo que ha destruido el Estado de bienestar desde que se implantó”.

Avisó sobre determinados discursos que hablan de un sistema “trasnochado” cuando lo que de verdad persiguen es “enmascarar” lo que está ocurriendo realmente. “Necesitamos –dijo- un modelo productivo que garantice que haya porcentajes sociales y no económicos. Necesitamos una Banca pública capaz de sostenerse con criterios y ética de verdad”.

El profesor Oscar Carpintero animó a abandonar expresiones o actitudes “negativas” sobre cómo salir de la crisis para empezar a visualizar otros modelos alternativos, “porque esos nuevos modelos serán los que tengamos que utilizar por mucho tiempo. Debemos abandonar el fetichismo del PIB y no olvidarnos del bienestar de la población”.

Este profesor de la Universidad de Valladolid señaló varias posibles formas para abordar la modificación del modelo y destacó que lo más importante no es el techo de gasto, sino mantener “como mínimo, un suelo de gasto social”. Incidió también en que un cambio radical del sistema de producción no debe olvidarse “de reducir la huella ecológica. Nuestro modelo actual es incompatible con lo verde”.