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Udalberri – Bilbao en Común presentará en el próximo pleno, el del mes de febrero, una proposición que exige la prohibición de los espectáculos de circo con animales. La coalición de izquierdas pretende que el Ejecutivo PNV-PSE siga el ejemplo de ciudades como Madrid, dónde el pasado 31 de enero se dio el primer paso para prohíbir los circos con animales, tal y como recuerda Amaia Arenal, concejala de Udalberri: “Ya son más de 200 los municipios que a nivel estatal se han declarado libres de circos con animales, siendo Madrid el último, siguiendo así la estela de países como Bélgica, Suecia o Finlandia, entre otros, donde los espectáculos circenses con animales están prohibidos desde hace tiempo”.
En Euskadi, Vitoria-Gasteiz ya tomó esta decisión por unanimidad en 2013, y municipios como Barakaldo, Getxo Santurtzi o Basauri también apostaron por respetar los derechos de los animales. Arenal ha hecho un llamamiento a las dos fuerzas que forman el Equipo de Gobierno en Bilbao: "Apelamos al PNV a seguir los pasos de sus compañeras y compañeros de Gasteiz, y al PSOE a imitar la postura de su homólogo en Madrid. Nos preocupa que Bilbao siga permitiendo éste tipo de espectáculos que fomentan el maltrato animal y que además cuentan con un público mayoritariamente infantil, al cual se le deben inculcar unos valores de respeto al medio ambiente y convivencia con los animales, valores muy alejados de los promovidos por el circo con animales”.
Los espectáculos de circo son una condena a cadena perpetua y trabajos forzados para los animales, cuyas vidas se convierten en una auténtica tortura, tanto fuera como arriba del escenario, pasan la mayor parte del tiempo de sus vidas encerrados en jaulas, incluso encadenados.
Según el informe de infocircos “Los animales salvajes en los circos. La situación en España”, este ritmo de vida supone a los animales un grave estrés que conlleva consecuencias nefastas para su salud, algo a lo cual su organismo no siempre se puede adaptar. Les impide desarrollar sus comportamientos naturales, lo cual les provoca un gran sufrimiento tanto físico como psicológico, y les genera una confusión que en muchas ocasiones deriva en trastornos y comportamientos anormales. En escena vemos el resultado de un adiestramiento estricto y cruel, porque los animales deben comportarse de una manera completamente desnaturalizada, realizando actividades impropias para su especie e inclusive dolorosas para su fisiología.
Del mismo modo, en caso de que los animales no realicen los ejercicios a los cuales se les obliga, se toman medidas como la privación de agua y alimentos y, muy a menudo, se recurre a la violencia, usando látigos y otros objetos para golpearles.