Hemos tenido que esperar 13 años, tras la ley de Violencia de Género de 2004 que dejó tantas cosas fuera, para que se decida abordar un Pacto de Estado contra la violencia machista. Por eso es inadmisible que se desaproveche esta oportunidad poniendo parches y excluyendo, otra vez, la mayoría de las reivindicaciones de las Organizaciones de Mujeres y el Movimiento Feminista.
El Partido Socialista y el Partido Popular, con el apoyo incondicional de Cs, se han propuesto que este Pacto sea tan sólo una puesta en escena para su mayor gloria. Así, el Pacto que se ha aprobado no tiene las medidas, ni los compromisos, ni los presupuestos, ni las garantías de implementación necesarias para hacer frente a todas las violencias machistas, ya sean físicas, económicas, psicológicas, sexuales o sociales.
Desde Ezker Anitza-Izquierda Unida hemos defendido que el acuerdo de Estado tenía que contar con una visión integral de la violencia machista. La primera cuestión a abordar debió ser ir más allá de la violencia que se da en el ámbito de las relaciones de pareja o expareja para abarcar todos los ámbitos de la vida de las mujeres; la violencia machista contra las mujeres también se ejerce en el trabajo, en la educación, en la pobreza, en el reparto de tareas domésticas, desde las instituciones, en la sociedad, en la familia…
La segunda cuestión a la que se debería haber prestado atención para que fuera un pacto integral era poner el acento en promover políticas de prevención, sensibilización y detección, que partieran del origen estructural de la violencia y que fueran capaces de detectar las diferentes formas de expresión de la violencia machista.
La tercera de las cuestiones era tratar la violencia machista como un problema público que nos interpela a toda la sociedad. Si negamos que éste es un problema del conjunto de la sociedad, lo limitamos solamente a delitos cometidos en el ámbito doméstico y, de forma residual, a delitos sexuales cometidos en el ámbito público y delitos transnacionales ligados a las mafias que tienen por objeto la Trata de mujeres y niñas con fines de explotación sexual. Con ello, estamos haciendo un flaco favor a la lucha contra la violencia machista. Por eso es necesario una Ley marco que recoja todas las medidas, garantías y servicios para hacer frente a todas las violencias.
Además, desde Ezker Anitza-Izquierda Unida creemos, y así lo hemos defendido que era necesario calendarizar las medidas propuestas para evitar que el Pacto se quedara en una foto, estableciendo para ello una fecha plausible de cumplimiento y otra máxima en la que debieran estar implementadas. Es cuanto menos sospechosa la voluntad del resto de grupos que realizan una relación desestructurada de propuestas y en las que sólo se indica que el Pacto se desarrollará en los próximos 5 años.
Las reticencias sobre la voluntad del Partido Popular, PSOE y Ciudadanos no son infundadas. Han tenido mucho interés en incluir medidas que ya están recogidas en anteriores leyes, que no están siendo aplicadas, para aumentar el listado de propuesta con el fin de que el Pacto tenga la imagen de un acuerdo completo.
De las más de 500 medidas propuestas, y re-propuestas, se excluyen dos formas de violencia machista muy cruentas: los vientres de alquiler, mal llamada gestación subrogada, y la explotación sexual que supone la prostitución. A pesar de ello, Izquierda Unida registró y ha conseguidola aprobación de una propuesta que insta a suprimir todas las formas de trata de mujeres y explotación de la prostitución de la mujer.
Las organizaciones políticas de la foto han considerado que con 200 millones de euros al año durante cinco años es suficiente para combatir la negación de derechos humanos que supone la violencia machista, pero lo cierto es que no es suficiente, ni proporcional a la magnitud del tema que pretende abordar el Pacto. Para hacerse una idea, el Pacto es un 9,1% de la inversión militar en armamento de este año o el 8,6% de los 2.329,8 millones de euros que vamos a destinar a construir el AVE.
De manera que, desde Ezker Anitza-IU, esperábamos un aumento considerable de la dotación económica y que se relacionara la medida y el presupuesto necesario para aplicarla.
Junto con esta dotación deben ir garantías que aseguren que en los siguientes Presupuestos Generales no se recorte esta partida. No debemos olvidar que el Partido Popular ha recortado sistemáticamente las partidas destinadas a combatir la violencia machista. La última vez en los Presupuestos de hace unos meses, aprobados con el inestimable apoyo del Partido Nacionalista Vasco.
Las Organizaciones de Mujeres y el Movimiento Feminista vienen exigiendo de forma reiterada desde hace más de una década un pacto que enfrente la violencia machista; el 7 de noviembre de 2015, con la exitosa manifestación estatal contra las violencias machistas, estas demandas fueron asumidas por el conjunto de la sociedad. Aun así, esto no ha tenido un reflejo en el Pacto, donde las asociaciones feministas no han tenido el papel protagonista que les correspondía. Es necesario solventar este extremo, incluyendo al Movimiento Feminista y Organizaciones de Mujeres en los sistemas de seguimiento, control y evaluación del Pacto.
Hoy, el conjunto de la sociedad y las fuerzas del cambio exigimos al PSOE, PP y Ciudadanos que dejen al lado sus intereses partidistas y se involucren en un Pacto de Estado que nos sitúe en posición de poder afrontar esta tremenda vulneración de los Derechos Humanos que es la violencia contra las Mujeres.
Isabel Salud, Coordinadora de Ezker Anitza-IU y diputada en la Comisión de Igualdad del Congreso de Diputadas y Diputados