Ezker Anitza-IU ha denunciado este miércoles en Vitoria-Gasteiz, que en Euskadi “la brecha salarial entre sexos es un problema crónico”. La responsable del Área de Mujer, Esther Palacio García y la Secretaria de Institucional, Haizea Garay, han recordado que la diferencia salarial entre hombres y mujeres en la CAV es de cerca de 7500 euros. “Según el INE, un hombre gana de media al año alrededor de 31.300 euros, mientras que una mujer cobra 23.800 euros”, han denunciado.
Palacio García ha manifestado que las diferencias de sueldo entre hombres y mujeres “son injustas y antidemocráticas”. “En muchas ocasiones, las mujeres tienen que aceptar ocupaciones de mayor flexibilidad laboral para equilibrar las necesidades del trabajo y la familia, lo que contribuye a la citada segregación laboral”, ha subrayado, “en consecuencia, existe en todo el mundo una representación excesiva de las mujeres en trabajos de tiempo parcial”. “En Euskadi más del 80 % del trabajo a tiempo parcial es desarrollado por las mujeres”, ha añadido.
Según Garay, que las mujeres tengan salarios más bajos “provoca pobreza y desigualdad, destacando los datos de las familias monomarentales y de mujeres mayores de 65 años perceptoras de la RGI como modo de sobrevivir ante tal desigualdad estructural”.
RECOMENDACIÓN DE LA COMISIÓN EUROPEA
Tanto la Secretaria de Institucional como la responsable del Área de Mujer de Ezker Anitza-IU han puesto encima de la mesa la recomendación del 7 de abril de 2014 de la Comisión Europea sobre transparencia salarial, que pretendía ser “un instrumento para corregir esta desigualdad retributiva y avanzar en la igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres”.
Según señalan, el texto establecía que los Estados miembro deberían adoptar las medidas necesarias para garantizar su aplicación antes del 31 de diciembre de 2015. Algo que fue desarrollado ya por varios países como Italia, Alemania o Reino Unido, otros proyectaron medidas que actualmente se encuentran en fase de tramitación y otros incluso se comprometieron a mejorar el marco que tenían y que ya cumplía lo establecido en la Recomendación.
Garay subraya que la recomendación es “una seria llamada de atención al ordenamiento jurídico español para que corrija esta grave deficiencia y establezca mecanismos adecuados para la corrección efectiva de las diferencias retributivas”. “Frente a ello, Rajoy, cuando ha sido preguntado por si mujeres y hombres a igual trabajo deberían de cobrar lo mismo responde, no nos metamos en eso”. Ante la actitud del PP, Unidos Podemos ha registrado una proposición de Ley por la igualdad retributiva entre hombres y mujeres y en Euskadi, Ezker Anitza-IU, a través de sus candidaturas municipales, ha registrado este mes una iniciativa para establecer medidas que acaben con la brecha salarial.
Según la iniciativa, Ezker Anitza-IU insta al Gobierno a cumplir lo establecido por CE sobre transparencia salarial “implementando mecanismos necesarios para corregir la desigualdad retributiva, incorporando en la normativa laboral el concepto de igual retribución por trabajo de igual valor”. La organización política exige “mecanismos de control” de los convenios colectivos para “asegurar que no contengan cláusulas discriminatorias por razón de género, particularmente en relación con la incorrecta valoración de puestos de trabajo”.
Por otro lado, Garay y Palacio García han pedido que se potencien las actuaciones de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social, para la detección y sanción de la discriminación indirecta. En cuarto lugar, Ezker Anitza-IU apuesta por introducir reformas en la normativa laboral y de funcionariado para “favorecer la corresponsabilidad y la permanencia de las mujeres en el trabajo, dado que la vertiente del cuidado es la que mayor repercusión tiene en la desigualdad retributiva”.
Con ello, deberían establecerse medidas relativas a la consecución del aumento de la tasa de actividad de las mujeres: “la equiparación de los permisos de maternidad y paternidad, con un calendario de implantación, la racionalización de horarios, la financiación de una red de servicios sociales para la atención de las personas dependientes, con especial atención a la educación de 0 a 3 años, la ruptura del techo de cristal y garantía de acceso a los servicios de todas la mujeres, así como todas aquellas relativas a la transparencia en las empresas y en las estadísticas oficiales”.